La falsa guerra contra el fentanilo: ¿está el gobierno de Estados Unidos de América luchando en el frente equivocado?
El fentanilo, un opiáceo sintético extremadamente potente, ha sido descrito por los expertos en salud como una epidemia en los Estados Unidos. Desde su aparición en el mercado negro en 2013, la sustancia ha sido la causa de miles de muertes por sobredosis en el país cada año.
Para hacer frente a esta creciente problemática, el gobierno
federal de los Estados Unidos ha implementado medidas para combatir la
distribución y el consumo de fentanilo. Sin embargo, los expertos en la materia
han argumentado que el enfoque del gobierno en la lucha contra el fentanilo es
inadecuado y podría estar haciendo más daño que bien.
La respuesta del gobierno ha sido principalmente punitiva,
centrándose en la imposición de penas más severas para los traficantes de
fentanilo y en la interdicción de los suministros ilegales de la sustancia. Sin
embargo, muchos argumentan que este enfoque no es suficiente para detener la
propagación del fentanilo.
Una de las críticas más importantes es que el enfoque actual
del gobierno no aborda la causa fundamental de la epidemia del fentanilo. El
fentanilo y otros opiáceos sintéticos se han vuelto cada vez más populares como
una alternativa a los opiáceos recetados, que se han vuelto más difíciles de
conseguir debido a la regulación gubernamental más estricta. Muchos usuarios de
opiáceos recurren al fentanilo como una forma más barata y fácil de obtener una
"alta" similar.
Los expertos también argumentan que la respuesta del
gobierno se centra demasiado en la interdicción de la sustancia, en lugar de
abordar la demanda de opiáceos en la sociedad. Muchos usuarios de fentanilo son
adictos que necesitan tratamiento médico para su adicción. Sin embargo, el
sistema de atención médica en los Estados Unidos es inadecuado para tratar la
adicción a los opiáceos, lo que deja a muchos adictos sin el tratamiento
necesario.
Otra crítica importante es que el enfoque punitivo del
gobierno está teniendo un efecto colateral en la seguridad pública. Las
políticas de "mano dura" están llevando a la sobrepoblación de
cárceles, lo que resulta en costos cada vez mayores para el contribuyente y en
la criminalización de la adicción. Además, las políticas de interdicción
también están llevando a la distribución de fentanilo a lugares más peligrosos,
como las cárceles.
En resumen, los expertos argumentan que la lucha contra el
fentanilo debe operar en la prevención de la adicción y el tratamiento de los
adictos, en lugar de simplemente castigar a los traficantes. También se debe
abordar la causa fundamental de la epidemia, que es la demanda de opiáceos en
la sociedad. Si el gobierno no cambia su enfoque, la epidemia del fentanilo
seguirá cobrando vidas en los Estados Unidos.
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